CAPÍTULO 2
Entré en el coche en silencio, no quería hablar con mi madre estaba apenada por que no me había podido despedir de Jared, no lo había vuelto a ver desde nuestro último encuentro, por mas que le dejaba mensajes y más mensajes en su móvil, el me contestaba diciendo que no podía quedar conmigo, que estaba muy liado.
Mamá metió las llaves en el contacto diciendo
-Wenolf allá vamos.
Pero en que piensa, sabe perfectamente que odio irme a Wenolf y ella tan soriente anunciando nuestra despedida de mi pueblo Stone. Eche el último vistazo y miraba lentamente como iba desapareciendo a lo lejos.
Llegamos al cabo de unas horas, menos mal por que no aguantaba más tiempo encerrada en el coche con ella.
Cuando miré afuera apareció ante mi, una de las casas más hermosas que jamás en mi vida había visto.
-Bonita verdad.
Le giré la cara no quería reconocer todo lo que me gustaba la casa nueva.
-¡cecily, cecily!
A lo lejos se acercaba una señora que gritaba el nombre de mi madre.
-kaitlin dios mio ¿que haces aquí?
Así que ella era una de las razones por las cuales yo había tenido que dejar Stone “gracias” pensé.
- Quería ser la primera en darte la bienvenida a Wenolf.
Kaitlin era rellenita de pelo negro corto por lo que verla saltando y gritando podía producirte cierta gracia.
-Que amable kaitlin , ah esta es mi hija Abby.
-Que guapa es.
No sabía que contestar a eso, así que me quedé callada, esto no pareció ser lo suficiente que tuvo que acercar sus manos y tocar mi pelo rojizo.
Me sentía incomoda :
-Mamá voy a ir entrando en la casa, quiero verla.
-De acuerdo Abby pero ve con cuidado.
Era una casa pero que clase de peligro podía haber.
Cogí las llaves y me dispuse a entrar. Me quedé asombrada , por dentro era todavía más bonita.
El hall era enorme , así que me recorrí todo el salón, los muebles que en el habían parecían tan antiguos que esperaba que no fuera así de anticuado todo el mobiliario, entonces pensé en la cocina, si era anticuada no había lavavajillas no había microondas, que clase de cavernícolas habían podido vivir así.
- Es preciosa y no finjas que no te gusta, se que te encanta Abby. Dijo mi madre entrando por la puerta
- Vale admito que me gusta.
- La encontré por casualidad , no ha vivido aquí nadie desde 1840, es Exclusiva
-Eso explica por que los muebles son tan anticuados, voy a ver mi habitación
-Subiendo las escaleras la segunda puerta a la derecha.
Se escuchaban sus gritos cuando ya había terminado de subir.
Al abrir la puerta de mi habitación me quedé impresionada, simplemente me quedé sin palabras.
Era una habitación enorme , mi cama era tan grande y estaba cubierta con un dosel.
Me recosté encima de ella pensando que el lunes tendría que empezar en el nuevo instituto, tendría que conocer a gente nueva, pero y si ellos no me gustaban o si no le gustaba yo a ellos.
Así que me acosté en la cama hasta quedarme completamente dormida.
Los días siguientes fueron lo mas aburrido, nos pasamos todo el fin de semana colocando nuestras cosas, limpiando la casa por que a ser honestas estaba bastante sucia.
El domingo mi madre se empeño en enseñarme el pueblo y yo aproveché para echar un vistazo a los chicos y chicas que había a mi alrededor, se veían todos tan felices que me dieron envidia.
Mientras íbamos paseando por el parque un chico alto,moreno y con unos ojos profundamente azules se acerco.
-¿Eres nueva en la ciudad?
- Si
-¿Eres Abby?
- Si ¿Como sabes tu eso?
El simplemente sonrió se dio la vuelta y se alejo.
Era el chico más raro que he visto en mi vida , mi madre puso una estúpida sonrisa en sus labios.
Después de cenar me fui a la cama mañana , era el día que más temía el primer día de instituto. Odiaba como sonaba eso.
Pero al intentar dormirme no podía parar de pensar en el encuentro con el chico del parque.